Analizamos un ejemplo de propaganda tal y como se utiliza por los grandes medios de comunicación con prestigio, en este caso el Financial Times, para constatar una realidad adversa, pero adjudicándosela al enemigo ideológico interno.
La parusía de Donald Trump está demostrando ser un espectáculo de marca mayor, algo que no se veía desde aquella película de Cecil B. DeMille de título homólogo. Esta segunda venida ha coincido con la constatación material de que los EEUU del norte de América ya no son la única superpotencia en el panorama internacional, por lo que su debate interno entre los alucinados y los realistas, que nutren por igual el gabinete de Trump,amenazan con descuartizar el imperio. Los genios de Washington están descubriendo que hay muchos países rebeldes y que ya no se arredran ante la amenaza y la extorsión. En fin, que han descubierto, como dice el titular del Financial Times que les traigo aquí, que los EEUU ya no son imprescindibles.

Y es cierto, ya no lo son. Pero desde luego este descubrimiento no se debe a Donald Trump —el cual quizás lo haya descubierto a nivel personal—, sino a muchos analistas más bien independientes que llevan hablando del mundo multipolar desde hace años. Resulta que el que ha descubierto que las élites corporativas occidentales ya no dominan el mundo es el propio periódico salmón, pero se lo atribuye a Donald Trump para atribuirle toda la responsabilidad de esta supuesta debacle (para ellos, no para una gran parte del mundo).
La decadencia de los EEUU como cabeza del imperio anglosajón ha sido constatada con los hechos en estos últimos diez años. Por supuesto, podemos citar algunos hitos más o menos impresionistas como la salida por patas de Kabul en septiembre de 2021, el fracaso militar y económico de la OTAN contra Rusia, a lo que se une ahora la estrepitosa derrota económico-diplomática de EEUU contra China.
Las armas que ha utilizado EEUU hasta ahora para controlar el mundo se han demostrado inútiles: las sanciones a Rusia solo han servido para reforzar su economía y cohesión social, la guerra arancelaria contra China solo ha servido para demostrar a ojos del mundo la debilidad económica y diplomática de EEUU y el poder impresionante de Pekín; la planificación y ayuda militar en forma de armas, instructores y estrategias a Ucrania para derrotar a Rusia se ha encontrado con una sorpresa en forma de un formidable ejército ruso que funciona como una maquinaria de armas combinadas perfectamente engrasada una base industrial que aventaja en mucho a la OTAN; pero es que además, el orgullo del ejército estadounidense, es decir, su marina de guerra, ha sido humillada y sigue siendo humillada por los hutíes del Yemen, que han conseguido cerrar el estrecho de Bar-al-Mandeb, derribar drones norteamericanos costosísimos y mantener a sus portaaviones alejados de la zona. Una humillación en toda regla.
Esto es una realidad desde hace ya unos añitos, pero el Financial Times se lo achaca ahora a Trump, no sea que la servidumbre se entere de que son ellos los primeros sorprendidos y que les han estado alimentando con pienso adulterado durante años.
Bienvenidos al mundo multipolar en el que las sanciones económicas de Washington te favorecen, sus armas solo hacen cosquillas y sus productos de entretenimiento son tan aborrecibles que ya solo son capaces de generar memes para ridiculizarlos.
Sic transit gloria mundi.